Para
aprovechar que ahora las fresas
están en su mayor punto de dulzor, podemos preparar una deliciosa mermelada de
fresas, sólo requiere un poco de tiempo, y el resultado merece la pena. Es una receta sencilla que podemos preparar con niños pequeños, ya que pueden trocear la fruta sin riesgo de cortarse, ayudar a pesar los ingredientes, decorar los botes…

Ingredientes:
Algo más de 1 kg de fresas
lavadas y sin rabillo
400 g de azúcar
El zumo de 1 limón
Lavamos y quitamos el
rabillo a las fresas, de forma que una vez preparadas obtengamos 1 kg de fruta
limpia.
Las troceamos en daditos
pequeños y las introducimos en una cacerola antiadherente.
Volcamos por encima el
azúcar y el zumo de limón, retirando las pepitas.
Removemos un poco y
cocinamos a fuego muy lento durante unas 2 horas, removiendo a menudo.
Cuando al añadir unas gotas
de mermelada en un plato, la mezcla esté un poco espesa y apenas se mueva del
sitio, sabremos que la mermelada está lista.
Colocamos la mermelada caliente en tarros bien
limpios que previamente habremos pasado por agua hirviendo. Los cerramos y
etiquetamos con la fecha.
Si vamos a consumir la mermelada en pocos días no es
necesario cerrar los tarros herméticamente, pudiendo guardarlos unos días en el
frigorífico.
Queda muy buena sobre tostadas ó para usar como
cobertura de una tarta de queso, rellenar bizcochos, para acompañar el yogur, etc.
Además de en mermelada, otras formas de consumir las
fresas, diferentes a las clásicas fresas con nata son:
- En batido con leche ó con yogur
- Troceadas en rodajas con unas gotas de vinagre
y espolvoreadas con azúcar
- Con zumo de naranja
- Fresas con kiwi y trozos de plátano
- Crepes rellenos de fresas y plátano con miel ó sirope de chocolate