Ingredientes
para unas 10 personas:
1 litro de leche
6-7 cucharadas colmadas de harina
100 g de mantequilla ó 10 cucharadas de aceite de
oliva
1 paquete de espinacas congeladas (400 g)
½ cebolla
2 dientes de ajo
Un buen puñado de piñones
Nuez moscada
Sal y pimienta
Harina, huevo y pan rallado para formar las
croquetas
Aceite de oliva para freír.
Opcionalmente
podemos añadir queso, pasas ó huevo duro.
Cocemos las
espinacas en agua hirviendo con sal y las dejamos escurrir bien. Las troceamos
con ayuda de unas tijeras.
En una
cacerola amplia rehogamos la cebolla y el ajo en la mantequilla. Cuando estén
ligeramente dorados, añadimos los piñones y preparamos una bechamel en el mismo
recipiente, siendo importante que la salsa quede muy espesa.
Añadimos las
espinacas escurridas, la nuez moscada, sal y pimienta, y removemos bien,
dejando hervir otros 10 minutos.
Extendemos la
masa en una bandeja plana y dejamos enfriar unas 12 horas en el frigorífico.
Damos forma a
las croquetas pasándolas primero por harina, después por huevo batido y
finalmente por pan rallado.
Para impedir
que se abran, podemos congelarlas un poco antes de freírlas con abundante
aceite muy caliente.
Escurrir en papel absorbente y servir con una buena ensalada verde.